El embarazo es una etapa única en la vida de toda mujer, ya que su cuerpo, su mente, sus emociones y su espíritu deben adecuarse a un cambio constante. Es por eso que se siente un especial interés por encontrar una actividad que permita, no sólo preparar el cuerpo para el momento del parto (culminación de este verdadero milagro de la vida), sino que las rodee una atmósfera especial, en la cual los pensamientos, actitudes y sentimientos, estén cargados de armonía y paz. Las clases de Yoga no sólo están integradas por el trabajo físico a través de las asanas (posturas) con sus propiedades preventivas, curativas y recuperativas, sino que en ellas se introducen aspectos de su filosofía con el único objetivo de obtener una mejor actitud y calidad de vida. Algunas buenas razones para practicarlo:
Lo ideal es que, en cuanto se entere de su gravidez, empiece a pensar en realizar este curso en forma seria y consciente. De no existir problemas físicos que lo impidan, es bueno practicarlo hasta el momento previo al parto. ¿Por qué decimos esto? Porque cuanto más cerca estén las clases al nacimiento del bebé, mejor será la preparación psicofísica para que en “el gran momento” todo se desarrolle con armonía, facilidad y alegría. |