martes, 18 de octubre de 2011

Yoga y embarazo

El embarazo es una etapa única en la vida de toda mujer, ya que su cuerpo, su mente, sus emociones y su espíritu deben adecuarse a un cambio constante. Es por eso que se siente un especial interés por encontrar una actividad que permita, no sólo preparar el cuerpo para el momento del parto (culminación de este verdadero milagro de la vida), sino que las rodee una atmósfera especial, en la cual los pensamientos, actitudes y sentimientos, estén cargados de armonía y paz.

Las clases de Yoga no sólo están integradas por el trabajo físico a través de las asanas (posturas) con sus propiedades preventivas, curativas y recuperativas, sino que en ellas se introducen aspectos de su filosofía con el único objetivo de obtener una mejor actitud y calidad de vida.

Algunas buenas razones para practicarlo:
  • Las asanas (algunas de ellas modificadas especialmente para el período de gestación) van ayudando al cuerpo a adecuarse naturalmente a los cambios que en el se producen. Además, algunas de ellas lo van preparando para el momento del parto.
  • La práctica regular del Yoga ayuda a mantener el peso, estar más ágil, evita la formación de estrías y combate los clásicos dolores de cintura.
  • La respiración profunda es de mucha utilidad durante el embarazo y el trabajo de parto.
  • La meditación ayuda a la embarazada a enfrentar las ansiedades y los miedos naturales que se puedan presentar durante la gestación. Y se convierte es un puente natural de comunicación entre la mamá y el hijo por nacer.
  • Aprender el arte de la relajación es fundamental durante el embarazo y el trabajo de parto.
  • Le brinda a la mamá la paz y el equilibrio necesarios para disfrutar mejor de su bebé.
  • Porque al ver a su mamá practicar yoga desde muy pequeño, el niño incorporará desde sus primeros años la practica de una filosofía de vida que lo ayudará a vivir en plenitud.
En las clases grupales de Yoga para embarazadas se puede encontrar un ámbito de contención muy necesario para la mujer durante la gestación de su bebé.

Lo ideal es que, en cuanto se entere de su gravidez, empiece a pensar en realizar este curso en forma seria y consciente. De no existir problemas físicos que lo impidan, es bueno practicarlo hasta el momento previo al parto. ¿Por qué decimos esto? Porque cuanto más cerca estén las clases al nacimiento del bebé, mejor será la preparación psicofísica para que en “el gran momento” todo se desarrolle con armonía, facilidad y alegría.